¿Qué es la calidad del software?
Para entender el aseguramiento de la calidad del software, primero es esencial definir “calidad”. En términos generales, calidad es la capacidad de cumplir con los requerimientos explícitos e implícitos del cliente o usuario. Cuando hablamos de calidad del software, esto se traduce en la capacidad de que un programa no falle desde la perspectiva del usuario.
Es importante destacar la diferencia entre "que funcione" y "que no falle":
- Que funcione: Desde el punto de vista del desarrollador, el software cumple con su objetivo técnico.
- Que no falle: Desde el punto de vista del usuario, el software no presenta errores que afecten su experiencia.
Por ejemplo, si una app falla debido a una incompatibilidad con el sistema operativo, un mensaje de error técnico como "Error xx00180" no le sirve de nada al usuario. Aunque para el desarrollador el software "funciona", para el usuario "falló", ya que el error no le brinda una solución clara. Si en su lugar, el mensaje indicara: "La app ha tenido un problema con el sistema operativo. Para asistencia, haga clic aquí", el usuario sentiría que el software no ha fallado, ya que se le proporciona una guía para solucionar el problema.
Este conflicto entre desarrolladores y usuarios es común: los desarrolladores defienden que el software funciona correctamente, mientras que los usuarios reportan fallas. Según el IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers), la calidad del software se define por su capacidad de "no fallar" desde el punto de vista del usuario.
¿Cómo aplicar el aseguramiento de la calidad del software?
Asegurar la calidad del software implica prevenir los errores que afectan al usuario. Aunque hay muchos factores que pueden provocar fallas, cuatro de ellos son responsables del 91% de los problemas. A continuación, te explico cómo abordarlos:
1. Requerimientos mal definidos (funcionales y no funcionales)
Este es el mayor responsable de fallas, representando el 62% de los problemas. Para evitarlo, es fundamental documentar con precisión los requerimientos, asegurándote de validar constantemente con el usuario o el product owner. Las diferencias entre lo que el cliente pide y lo que se documenta suelen ser la principal causa de fallas, por lo que este proceso debe realizarse con mucho cuidado.
2. Código mal implementado
Un código deficiente genera el 13% de las fallas. Esta causa es relativamente fácil de resolver: asegúrate de contar con programadores competentes y revisa constantemente la calidad del código durante el desarrollo.
3. Pruebas insuficientes
El 11% de las fallas provienen de un proceso de pruebas deficiente. La solución es clara: mejora tus pruebas y asegura que sean rigurosas. Contratar a probadores experimentados también puede hacer una gran diferencia.
4. Despliegues apresurados
El 5% de las fallas ocurre por lanzamientos apresurados. Esto puede solucionarse con una adecuada planificación de los despliegues, asegurando que cada lanzamiento esté bien preparado y validado.
Abordar estos cuatro factores puede marcar una gran diferencia en el aseguramiento de la calidad del software. Los clientes a los que acompañamos en la implementación de normas y modelos como CMMI (Capability Maturity Model Integration) o ISO 29110 que siguen estas recomendaciones han logrado desarrollar e implementar procesos eficaces para reducir drásticamente las fallas y mejorar la satisfacción de sus usuarios. No solo logran que el software "funcione", sino que "no falle" desde la perspectiva del cliente, lo que a su vez mejora el valor de su marca.
¡Éxito en tus futuros desarrollos!