Toda organización necesita tener metas claras, logros a los que aspira y que la encaminen a trabajar, evolucionar y alcanzar el éxito. Sin objetivos, la empresa se dedica a sobrevivir y dejarse llevar por la corriente. Tú, ¿Qué quieres lograr en tu organización?
El filósofo empresarial Peter Drucker dice que las empresas mueren de éxito y es cierto. Creer que no hay objetivos nuevos y retadores es el inicio del fin de cualquier empresa. Los objetivos son parte clave de la estrategia y la gestión empresarial. Ninguna organización debe ver cada año como un año más, por el contrario, es un año nuevo y consecuentemente un reinicio de ciclo y de oportunidades, si así lo decide.
Por lo tanto, es tu obligación como empresario o líder de un grupo de trabajo, diseñar los objetivos anuales de tu organización con la metodología correcta.
Los objetivos empresariales son objetivos específicos, medibles, realistas, relevantes y con un límite de tiempo. Deben representar los resultados que la empresa desea obtener y el plazo, retador, pero también realista, en que quiere lograrlos.
Estos resultados deben ser concretos, por lo que exigen que se puedan expresar en alguna cifra que permita ir evaluando el grado de éxito o cumplimiento. Sin esta cifra es imposible evaluar objetivamente el progreso y saber qué tan bien se está avanzando. Sin un umbral numérico se corre el riesgo de tomar acciones correctivas equivocadas en caso de que no se esté cumpliendo con el plan diseñado.
Los objetivos empresariales pueden ser de diferentes tipos dependiendo del aspecto que se quiera mejorar en la empresa:
No importa cuál sea el tipo de objetivo, todos tienen factores en común de éxito y de fracaso. En esta publicación vamos a analizar los factores comunes de fracaso del cualquier objetivo empresarial, no porque mi visión sea pesimista sino como una guía sobre los principales errores al elegir y desarrollar tus objetivos, ya que cuando se cometen, por más bien que esté diseñado el objetivo, los resultados serán cuando mucho parciales.
Existe una amplia gama de fuentes de información sobre los estándares que deben cubrir el desarrollo de objetivos empresariales así que no quiero que esta entrada a nuestro blog en Innevo sea una más de ese tipo. En cambio, sobre las peores prácticas en el desarrollo de objetivos de negocios no hay tanta información, por lo que espero que este enfoque te ayude a formarte un criterio acertado sobre qué aspectos debes cuidar al desarrollar los objetivos de tu empresa, sobre todo a la vista de un inicio de año.
Si quieres que hagamos una publicación sobre las buenas prácticas, por favor notifícanoslo en un comentario.
Una de las principales razones por las que las empresas fracasan es porque se enamoran de su producto o servicio en lugar de su cliente.
Para evitar el fracaso comercial, enamórate de tu cliente y descubre todas las formas en que puedes satisfacer sus necesidades. Descubre lo que quieren, lo que necesitan y, cuando sea posible, determina lo que quizás ni siquiera sepan que necesitan todavía.
Convierte a tu cliente en un fan entusiasta, alguien que le contará a todo el mundo acerca de tu producto, servicio o empresa.
Una vez que comprendas que la vida de tu cliente es la vida de tu negocio, realmente podrás imaginar cómo tener éxito y plantear objetivos empresariales orientados a este fin.
El criterio numérico de éxito que puedes utilizar es el Grado de Satisfacción de tu producto o servicio medido con el criterio NPS (Net Promoter Score).
Cada tipo de industria o nicho empresarial es diferente y las soluciones en una no necesariamente lo serán en otra diferente. Este es uno de los factores más influyentes en la falta de innovación de las empresas. Ciertas industrias requieren más innovación, mientras que otras pueden tener diferentes ciclos de vida del producto o servicio.
Si consideramos el sector electrónico, el ciclo de vida de un producto promedio es de aproximadamente seis meses. Y en algunos sectores, como el negocio de las aplicaciones móviles, es sólo de un mes.
La gente espera innovación y mejora continuas, y si tu empresa no les ofrece eso, alguna otra lo hará. Es un mundo diferente en el que vivimos hoy, donde la única constante es el cambio. Y si no te mantienes a la vanguardia, te estás quedando atrás.
El criterio numérico de éxito que puedes utilizar es el Número de Clientes Nuevos que captas con tus productos o servicios.
Nuestra forma de pensar crea nuestras realidades; lo que creemos influye en lo que somos capaces de lograr.
Como empresario, cuando adoptas estrategias para convertir un plan empresarial en éxito, transformas tu mentalidad de duda a certeza, de un simple deseo a una serie de actividades concretas proyectadas en el tiempo para obtener lo deseado, una planificación operativa. Y cuando estas enfocado, estos planes con el tiempo serán solamente el inicio.
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No dejes que tus creencias limitantes te desanimen. No seas tu quién diga no a tus ideas. Es cierto que todos los objetivos por pequeños que sean tendrán al menos alguna dificultad, bueno… pues las dificultades son para vencerse.
El criterio numérico de éxito que puedes utilizar es el Número de Productos o Servicios Nuevos en tu catálogo, al menos debes tener uno nuevo.
Si tu empresa no tiene una serie de ideas, conceptos, valores, creencias y reglas éticas, que regulan su comportamiento, su relación con sus clientes, su trato con su personal y su involucramiento en la sociedad y no los mantiene firmemente ejecutados, no podrá resistir y permanecer atenta a las condiciones que amenazan su futuro. Así, a la primera dificultad se tambalea y cada vez que se enfrente a problemas importantes no tendrá un objetivo a largo plazo que la guíe y consecuentemente se dedicará a sobrevivir.
El crecimiento de cualquier organización que admires se ha debido a la disciplinada alineación a sus creencias, sueños y objetivos empresariales planteados en un buen plan estratégico.
El criterio numérico de éxito que puedes utilizar es el Monto Anual de Ventas, debe ser mayor que el del año anterior y de dos dígitos.
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Contratar a las personas adecuadas tiene un efecto masivo en casi todas las áreas de tu negocio.
Pero contratar a alguien que sea experto en un área determinada es sólo el principio. También debe compartir los valores de la empresa, si esto no es así, ¡no lo contrates por muy experto que sea!
Necesitas gente con tu misma idea de negocios, con tu misma pasión y con tu mismo gusto por el cliente. Buscar gente preparada y capaz es forzoso, pero que tenga tus mismos valores, es indispensable.
El criterio numérico de éxito que puedes utilizar es el Índice de Rotación de Personal, debe ser menor que el del año anterior y de un dígito.
Una empresa de éxito no es simplemente el resultado de una buena idea, sino también de una apropiada estructura de trabajo y toma de decisiones que facilite e impulse las actividades indicadas en los planes de trabajo para lograr los objetivos deseados.
Una empresa sin procesos, sin dirección, supervisión y control será solamente un grupo de buenos chicos buscando ganar el partido. Para convertirlo en equipo campeón hace falta una clara definición de roles y responsabilidades y que se ejecuten disciplinadamente con el único objetivo, no hay otro, de satisfacer los requerimientos del cliente.
El criterio numérico de éxito que puedes utilizar es el Número de Quejas de tus clientes, no debe ser mayor al 1% del total de productos o servicios vendidos en el periodo de medición del número de quejas.
Para ayudar a descubrir cuál es el verdadero valor de tu empresa, ve un paso más allá y hazte las siguientes preguntas:
El criterio numérico de éxito que puedes utilizar, son todos los mencionados en conjunto, porque si lograste contestar a todas las preguntas anteriores y utilizaste los umbrales de éxito sugeridos la situación de tu empresa es esencialmente mejor y encaminada hacia un éxito de largo plazo.
Hay empresas que reaccionan a sus problemas y sobreviven, hay empresas que mejoran cuando tienen tiempo y son la mayoría, hay empresas que mejoran en algún aspecto y son buenas, pero hay empresas que decidieron ser excelentes y mejoraron en todo, todo el tiempo.
La diferencia entre cada una de ellas es quién tomo la decisión de hacerlo.
En tu experiencia, ¿Qué otro error añadirías?
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